Son los chicos de quinto y sexto de la Escuela 4 los integrantes de la famosa Pandilla Ecológica de Azcuénaga. El último lunes 27 de agosto tuvimos la oportunidad de conocerlos y resultó un encuentro que, después de unas riquísimas y no pocas empanadas nos dejó llenos de orgullo y admiración.
Con sus maestras como aliadas y motivadoras, estos mini azcuenaguenses descubrieron después de una encuesta pública realizada luego de los festejos del aniversario del pueblo, que un gran problema a solucionar era la cantidad de basura que quedaba tirada. Ése fue el puntapié inicial de un movimiento que empezó con la concientización por el tema, que incluyó la confección y reparto de folletos, la reubicación de bolsas para los desechos y la limpieza final. Hoy está yendo más allá y al desafío inicial se sumó la fabricación de compost (casi todos los residuos de su comedor escolar se destinan a la causa) y la reutilización de envases de plástico para construir un cerco y evitar así....que las gallinas se coman los gusanitos!
Los chicos no solo se ocupan de ecología sino que también están siendo formados como mini guías turísticos de su pueblo. Si en tu vista a Azcuénaga te cruzás con alguno de ellos, no dudes en pedirle información: te sabrán contar de Cunninghan, el estanciero irlandés que donó las tierras para la construcción de la estación y que dio lugar a la creación del pueblo, de ese increíble galpón que sigue erguido a su lado,de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, del mural de adobe y de tantas cosas más.
Es fácil reconocerlos: no andan en moto ni están vestidos con camperas de cuero. Alguno va en bici y tienen guardapolvos blancos . ¡Y son muy divertidos!
Aplausos para aquellos que se dieron cuenta de que en la educación de los más chicos nacen los grandes cambios.
Fotos gentileza de Daniel Rojas.
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