Desde hace treinta años, se desarrolla en Argentina una experiencia educativa llamada Alternancia.
En esta modalidad , docentes, alumnos y toda la comunidad rural intervienen en el proceso educativo.
Esta práctica nació en un pueblo rural en Francia, aproximadamente entre 1935 y 1937. Lo que en ese momento comenzó a plantearse en ésa y otras comunas rurales, fue el tema de los jóvenes dejando sus estudios muy temprano o bien abandonando sus casas para estudiar en la ciudad. Para resolverlo, un sacerdote abocado a esta problemática, creó una escuela en la que los alumnos pasaban una temporada en ella y otra con la familia. Ambos momentos constituían espacios de formación.
Hoy existen alrededor de 500 Maisons Familiales Rurales que reciben a mas 33 000 alumnos.
Mapa de la distribución de los Cept del país
Argentina: Resulta que los productores de la provincia de Santa Fe tenían exactamente los mismos problemas que aquellos franceses de los años 30: qué tipo de educación se podría dar a los chicos para que no migren y evitar el desarraigo.
En 1990 se elaboró un plan de estudios, siguiendo el modelo francés que integró a padres, alumnos y docentes.
El régimen consiste en una semana de estadía en la escuela y dos semanas en la casa del alumno, con la asistencia permanente de los educadores, lo que permite a los chicos no dejar las clases y al mismo tiempo colaborar en las tareas productivas familiares, especializándose en una formación.
En Argentina se llaman Centros Educativos para la Producción Total (CEPT) y existen varios en todo el país.
En San Andrés de Giles funciona el CEPT 2
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